miércoles, 29 de agosto de 2018

PREPARANDO EL JUBILEO DE NUESTRA PARROQUIA




SETIEMBRE: MES DE LA BIBLIA

Preparar el Jubileo de nuestra Comunidad significa revisar nuestra vida cristiana en los elementos más importantes que hacen de nuestra Gran Comunidad lo que Jesús soñó: Eucaristía y Palabra. En el mes de junio y con motivo de la Fiesta del Corpus Christi, hablamos de la Eucaristía. Este mes de setiembre, revisaremos el elemento que permite la realización de la Eucaristía: la PALABRA. De hecho, “la Palabra se hace Carne”.
Mucho se habla hoy de la importancia de la Palabra de Dios para el que quiere caminar cristianamente. Cincuenta años atrás se hacía más hincapié en que lo importante era recibir todos los sacramentos, por este motivo, el desconocimiento de la Palabra era total para la mayoría de los cristianos. El tema se plantea no en cuanto oposición, sino como integración; como inclusión, antes que separación; en resumen, como “unidad”. Pero después de medio siglo: ¿vemos que la Palabra de Dios es “pan” para los cristianos? ¿La valoramos y nos interesa conocerla y entramos en ella?
Señalemos unos pocos datos para comprender los cambios que se dieron en estos años y que expresan su importancia: librerías y parroquias se inundaron de ejemplares de la Biblia (Antiguo y Nuevo Testamento); se dio relevancia, durante la Celebración de la Misa, a las dos mesas: la de la Palabra (Ambón) y la de la Eucaristía (Altar); toda catequesis, que antes implicaba un conjunto de nociones elaboradas, parte hoy de la Palabra de Dios; las homilías son ahora una explicación actualizada de la misma Palabra; los valores o criterios cristianos se fundamentan y proponen a partir de lo que enseñó y vivió Jesús; etc.
Todo este esfuerzo se experimentó a nivel general, pero en el ámbito particular ¿funciona esto así para mí? Este mes constituye una propuesta que la Iglesia nos hace nuevamente para que cada uno se coloque frente a la Palabra de Dios y la vaya tomando como “alimento” diario. Es un ejercicio que tiene por finalidad dejarnos “penetrar” por ella, como dice San Pablo, como espada de doble filo, para que así como la Palabra creó el universo y al hombre (rever la Creación) esa misma Palabra nos vaya “recreando” permanentemente.

A continuación se presenta un método simple, llamado “Lectio divina”, que nos ayuda a “encontrarnos” con Jesús en la Palabra. La Lectio Divina nos propone que, después de la lectura atenta de un breve texto bíblico elaboremos:
1.    ¿Qué dice objetivamente el texto en el contexto?
2.    ¿Qué me dice en mi contexto?
3.    ¿Qué le respondo?, ¿con qué actitud?
4.    Cierre del ejercicio: hago mi oración de agradecimiento, de pedido, de perdón, arrepentimiento, etc.

La propuesta final consiste en que, durante este mes de setiembre, nos comprometamos en el ejercicio del encuentro con la Palabra, para que el mismo redunde en beneficio nuestro y de todos, y que nuestro Jubileo marque un antes y un después con relación a ella, la que “nos re-crea” personal y comunitariamente. Por último, el ideal sería poder compartirla semanalmente con otros, conformando pequeños grupos de reflexión y ejercicio de la Lectio Divina.

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