Con
el Espíritu Santo en Pentecostés, los discípulos comprendieron que Jesús quería
una Comunidad que viviese según los criterios que Él había enseñado y vivido. Y
además de comprenderlo se esforzaron por vivirlos, empresa que para ellos
resultaba muy difícil. No obstante, igualmente se lanzaron y salieron a predicar,
a anunciar el proyecto de Jesús. Así fundaron comunidades (ej. Pablo en Corinto,
la de Filipos, la de Colosas; Santiago, etc.)
Para
poder crecer y vivir estas comunidades tuvieron que organizarse, con el
compromiso de sus participantes. El apóstol no ser encargaba de todo, sino que se
fueron distribuyendo las responsabilidades entre los miembros: así nacieron los ministerios o servidores, que asumían la responsabilidad de ofrecer
su tiempo y capacidad para que la
Comunidad pudiese ser “el Cuerpo de Cristo” en el mundo
concreto dónde vivían.
Una
Comunidad sin “ministerios o servidores” crece poco y se debilita pues,
precisamente, la acción de los ministros sirve para fortalecer “el trípode”
(Palabra, Liturgia, Caridad) sobre el
que se construye la Iglesia
o Comunidad:
- Palabra: es el anuncio del mensaje de Jesús. Aquí
ubicamos al Presbítero, al Diácono, a los catequistas y todos aquellos que
buscan transmitir la Palabra
de Dios en el ambiente que los rodea.
Nuestra
Parroquia necesita catequistas. Personas que sientan que hay que transmitir la
fe católica a las nuevas generaciones. Esta misión es un gesto de amor y de
solidaridad. El que siente que lo puede realizar, ¡acérquese!
- Liturgia: es el culto por medio
del cual se hace presente a Jesús, se alaba y bendice su nombre; se reza
juntos, se ejerce el ministerio sacerdotal recibido por los sacramentos de la Iniciación cristiana.
Aquí también el Presbítero y el Diácono tienen una función específica. Pero
también están los lectores, los ministros de la comunión, el ministerio de música
que anima las celebraciones y otros.
Nuestra
Comunidad puede crecer cuando no son siempre los mismos los que asumen una
responsabilidad (las de leer, preparar, etc.)
- Caridad: Esta
palabra traduce otra palabra griega: “agapé”,
que nosotros traducimos por Amor. Es
la vivencia dentro de la
Comunidad de una manera especial, pero no exclusiva pues el
Amor se vive a partir de la comunión con Jesús para con los demás. En esto
“todos” estamos involucrados y llamados a vivir la Caridad. Expresión
de ella es el grupo de “Caritas” para ayudar material y espiritualmente a los
más necesitados. Es un ministerio o servicio que no puede faltar en una
Comunidad para que ella sea el Gran Ideal de Jesús.
Pero,
además, “la Caridad ”
se vive en internamente en las distintas necesidades de la Comunidad : cuidando y
solucionando los problemas de la estructura, la limpieza, el cuidado de los
espacios. No todo se soluciona con dinero, sino con preocupación y prestando
una mano.
En nuestra
Comunidad, la Caridad
tendría que manifestarse en el donarse para el bien común y no quedarnos sólo en
el “recibir” (y de lo demás “que se arreglen otros”). Tendríamos que
replantearnos los servicios o ministerios que necesitamos y preguntarnos dónde
nos podríamos ubicar cada uno de los que participamos de ella.
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