martes, 17 de septiembre de 2013

LA PALABRA SE HIZO CARNE Y HABITÓ ENTRE NOSOTROS


Queridas familias:
Este mes de Septiembre, ya por tradición, tiene como objetivo ayudarnos a tomar conciencia de la importancia de la Palabra de Dios, sobre todo el Evangelio, para nuestra vida cristiana y por ende para nuestra fe.
Tomar conciencia quiere decir en primer lugar asumir personalmente la decisión de la necesidad de un encuentro con la Palabra y no solo conformarnos con lo que escuchamos los domingos (si escuchamos). Decía S. Jerónimo: “desconocer la Palabra es desconocer a Cristo”. La Palabra de Dios es el fundamento de la vida cristiana; la fe conceptuada y clarificada parte de la Palabra de Dios. Amar la Palabra es Amar a Cristo. Nadie puede amar a Jesús si no ama su Palabra (son la misma realidad).
En primer lugar, debemos pensar que la experiencia de los que están bastante empapados con la Palabra es que ella es siempre actual, porque siempre tiene algo “nuevo” que decirnos, es rica, no se repite estáticamente. Nunca tendríamos que decir “¡eso ya lo escuché!”: expresarse así manifiesta no tener interés en ahondar y tomar en serio a Jesús que nos habla; pues Él se nos comunica en nuestra situación concreta y personal, la de hoy, no la de ayer.

En segundo lugar, también es importante considerar cómo nos plantamos frente a la Palabra de Dios proclamada en las celebraciones. Ella no es un relleno de la Eucaristía o de algún otro Sacramento sino que es “esencial”, ya que es la Palabra que se hace carne. Toda la celebración es significativa; por eso es interesante preguntarnos cómo nos colocamos frente a la proclamación: ¿nos preparamos antes, habiendo leído la Palabra y tratando de entenderla con la ayuda de la “Hojita del domingo”?; ¿llegamos a la celebración con tiempo para disponernos al encuentro y así no molestar cuando la celebración ya comenzó? La mirada exterior e interior debe estar focalizada en la Palabra anunciada por los lectores para que penetre por el oído (“la fe entra por el oído”).
Y finalmente tendríamos que tener una gran preocupación, en lo posible, por conocer la Palabra de Dios por medio de lecturas específicas, por Internet, por ejemplo, donde se encuentran muchas cosas interesantes; en la posibilidad de compartir con otros escuchando y explicitando lo que Jesús le dice a cada uno.
Aprovechemos entonces este mes para conocer más a Jesús presente en su Palabra. Todo depende de cada uno de nosotros.
Que la Palabra los bendiga con su eficacia y los fortalezca para poder tomar las decisiones necesarias en la vida diaria.

Con la bendición de Dios

No hay comentarios:

Publicar un comentario