jueves, 4 de octubre de 2012

“COMO EL PADRE ME ENVIÓ, YO LOS ENVÍO A USTEDES”


Queridas familias:
            En este mes comienza el Sínodo de los obispos para tratar el tema de la fe y la evangelización. Además, al cumplirse el 50º aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, el 11 de octubre comienza “el año de la fe”, que tendrá su culminación el 24 de Noviembre de 2013, solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo. El objetivo del acontecimiento es poder adquirir una «exacta conciencia de la propia fe, para reanimarla, para purificarla, para confirmarla y para confesarla». El mes de octubre está dedicado, como todos los años, a las “Misiones”.
            Todos estos sucesos nos deben ayudar, a nivel individual y comunitario, a tomar conciencia sobre uno de los aspectos fundamentales de la vida cristiana: ser evangelizadores. Lo que recibimos, lo que tratamos de vivir, es lo tenemos que transmitir con la palabra y con el ejemplo.
Por lo general, hemos convertido la vida cristiana en una realidad individualista; es decir en una problemática personal en la que los demás no tienen nada que ver, en la que no tenemos nada que decir; diríamos que es un problema de cada uno. ¿Pero es así realmente? Dice Jesús a sus discípulos, antes de subir al cielo: “como el Padre me envió, yo los envío a ustedes”. Por tanto, además de ser receptores de la buena noticia, tenemos que ser anunciadores: estas dos características son las que identifican al creyente. Más allá de haber recibido una vocación, la de ser cristianos, también hemos recibido una misión, la de anunciar. Si tenemos una mirada de fe frente a la humanidad que está en una permanente búsqueda de paz, de felicidad, no podemos escapar a este mandato.
La Iglesia tiene conciencia de todo esto y por ello envía misioneros a todas partes. Pero normalmente, en nuestra vida, circunscribimos la misión al metro cuadrado dónde nos movemos: nuestras familias, nuestros trabajos, nuestras amistades, etc., en palabras de san Pablo: “a tiempo y a destiempo, oportuna e inoportunamente”. En este aspecto, estamos en deuda con Jesús, ya que en nuestra sociedad -como decía el Cardenal Bergoglio- se ha cortado la comunicación de la fe. Lo vemos concretamente a nuestro alrededor, con los niños de la catequesis y con los que ni siquiera se acercan a ella, porque los padres generalmente están en otra cosa: son pocos los comunicadores de la fe.
Pero hay algo más, dice Jesús: “de cómo ustedes me amen, reconocerán que son mis discípulos”. Estas palabras están dirigidas a la comunidad, porque ella, en su manera de relacionarse con sus miembros, es evangelizadora. Recordemos aquello de que “El testimonio personal lleva la firma del que lo realiza; el testimonio de una comunidad lleva la firma de Cristo”
            Aprovechemos este mes, por un lado, para rezar (sin desfallecer) a fin de que Jesús ablande el corazón endurecido de muchos y, por otro,  para hacer pequeños gestos de misión a nuestro alrededor.
            Con la Bendición del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.




Para Agendar...


1º DE NOVIEMBRE
FIESTA DE TODOS LOS SANTOS

 18 hs: MISA EN LA CAPILLA E. SANTO
   20 hs:             MISA EN EL TEMPLO PARROQUIAL

2 DE NOVIEMBRE
CONMEMORACION DE LOS DIFUNTOS
  
10 hs.  CAPILLA DEL HOSPITAL
18 hs.              MISA EN LA CAPILLA E. SANTO
20 hs.   MISA EN EL TEMPLO PARROQUIAL

DE LA CAPILLA ESPÍRITU SANTO


Gracias por los pequeños logros…

Gracias, a los integrantes de la familia Gamero que muy diligentes con sus manos privilegiadas, realizaron en herraje el nombre de la capilla que ya luce colocado en el frente del templo.
Gracias, a los miembros de la comunidad que participaron de la jornada de limpieza de nuestro querido templo.
Gracias, a los que colaboraron colocando el polarizado en los vidrios del costado del altar.
Gracias, a los que con sus aportes (comprando y vendiendo rifas, haciendo donaciones, etc.), permitieron que sea una realidad la compra de la parrilla que en fecha próxima inauguraremos.
Gracias, a los que colaboraron en los preparativos y festejos del 14° aniversario de la consagración de la capilla (en el próximo boletín daremos más detalles sobre éste acontecimiento).
¡Gracias! y sean para todos ellos nuestras oraciones para que Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo los colmen de bendiciones.

Nos seguimos reuniendo el primer domingo del mes después de la misa, sumate y acompañanos, serás muy bienvenido/a.

Estamos muy contentos por todo lo logrado, pero vamos por más….


DESDE ITALIA


DESDE ITALIA

Queridos amigos:
Antes que nada, gracias por el recuerdo y por las oraciones con motivo de mis primeros 40 años de presbiterado y 66 de edad. Estos días fueron de bendición para mí.
Como ya les había dicho, el hecho de regresar a Italia con motivo de estos acontecimientos tiene para mí un gran significado: poder volver a las raíces de mi vida y de mi vocación. La providencia hizo que en el mismo día pudiese celebrar los dos eventos.

El sábado 8 por la mañana fui a un Santuario Mariano aquí cerca. Es un lugar sagrado que tiene un gran significado en mi vida, pues mi madre, que era muy devota del mismo, después de casarse y al no tener hijos, iba allí para pedirle esa gracia a la Virgen. Pocos años después aparecimos los tres hermanos; entonces ella no solo regresó para agradecer sino también para decirle que “las tres gracias” ya eran suficientes… (sobre todo en ese momento de la post-guerra). Así fue. Por esta razón, cada dos años regreso a ese Santuario, pues allí está el origen de mi existencia.

EL RINCON DE LA CATEQUESIS


Aprovechando que también este mes está dedicado a “LA FAMILIA”, realizamos unas pequeñas reflexiones al respecto. Sobre todo para aclarar el pensamiento evangélico:
No solo cada ser humano ha sido creado a imagen y semejanza de Dios, sino que también la “familia religiosa” tiene como imagen al mismo Dios; Él es el punto de referencia. Sin entrar en complicadas explicaciones sino simplemente aceptando lo que se nos ha revelado, entendemos que Dios es familia: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Lo que mantiene unidas las tres Personas es el Amor y cada una tiene su propia misión, cosa que muchas veces hemos oído. El Amor que los mantiene unidos es el amor “ágape”; ese mismo amor que se nos dio a nosotros por medio de Jesús. Cuando existe este tipo de amor divino la familia se consolida, se fortalece, humaniza, diviniza. Cuando por el contrario, en la falta este tipo de amor no hay ninguna seguridad, la familia está “agarrada con alfileres”. Con el amor “ágape” está la seguridad de que Jesús está en medio de la familia para sostenerla, ayudarla, perdonarla, acompañarla en su misión. Con el otro amor se lo excluye a Jesús.

El Bautismo (10)


El Rito del Cirio y la vela que se enciende en él: El Cirio es el símbolo que expresa nuestra fe en la presencia de Cristo a partir de la Pascua, cuando se lo enciende de nuevo. Como resucitado, Jesús vive en medio de nosotros para iluminar nuestras vidas. El fuego de su llama da calor: nuestra vida cristiana es “entusiasmante” cuando participamos del calor de Cristo, de su vida, cuando Él da sentido a nuestra existencia. Esa llama -desde ese momento bautismal- tendrá que quedar encendida para siempre. Por eso, los padres y padrinos encienden una pequeña velita del Cirio y a ellos se les dice: “padres y padrinos, se les confía la misión de acrecentar esta luz, para que este niño/a, iluminado por Cristo viva siempre como hijo de la luz y perseverando en la fe salga al encuentro de Cristo cuando Él vuelva”.

PREPARANDO EL AÑO DE LA FE


En este año de la fe que comenzamos seguirnos considerando este gran momento que es el Bautismo que hemos recibido y que celebramos con los nuevos nacimientos. Él es la puerta de la de la fe o vida cristiana. Estas reflexiones nos pueden ayudar al respecto; lo importante es interiorizarlas ya que Dios sigue actuando aún después de haberse realizado el rito.