Queridas
familias:
En periodo de vacaciones no podemos desterrar a Dios
de nuestra vida: puede descansar el físico, pero no el espíritu. Si las
vacaciones implican, culturalmente, un “alejarse de todo lo que normalmente
hacemos”, esto no incluye la experiencia de la vida cristiana. El espíritu
tiene otras reglas, vitales y esenciales (así como por estar en vacaciones no
dejamos de comer o de dormir…). Muy por el contrario, puesto que en general en
estos meses disponemos de más tiempo libre que en periodos de plena actividad,
es importante focalizarnos en el espíritu para fortalecerlo: así lo enseñaba el
Beato Pablo VI hace años.
En el mismo sentido, el propio programa litúrgico nos
ayuda en la ejercitación y fortalecimiento espiritual:
- El día 2 de
febrero es la Fiesta de la Presentación de Jesús
al Templo: pocos días después del nacimiento de un niño o niña era
costumbre en aquellos tiempos la concurrencia al Templo para que la criatura
fuese presentada y ofrecida a Dios (Dios es el punto de referencia, ya que la
vida procede de Él y a Él vuelve); conjuntamente, se realizaba la purificación
de la madre. El reconocimiento de Jesús como el Mesías por parte de Simeón y
Ana en el Templo es el acontecimiento que se rememora en la Fiesta de Presentación para
los cristianos. Evento, por tanto, ligado tanto a la Navidad como a la Epifanía (manifestación).
Por nuestra parte, a nosotros hoy, nos corresponde reafirmar nuestra fe en esa
presencia y reconocer a Jesús como el centro de nuestra vida.
- Después de
los días de Carnaval (8 y 9 de febrero), el día 10 con el miércoles de Cenizas comienza el Tiempo de Cuaresma o los cuarenta días de preparación hacia la Pascua , ¡la Fiesta más importante de
los cristianos! El Miércoles de Cenizas nos recuerda en qué consiste la
naturaleza humana para que tomemos conciencia de esto y nos proyecta a lo que
Jesús hace con ella, al destinarla a la resurrección y la vida eterna, es
decir, ¡la restaura, la salva de la corrupción!
- El día 11 es
la Fiesta de la Virgen de Lourdes. ¿Por
qué es importante para nosotros? Porque hace ya 47 años que se creó nuestra
Parroquia como una célula más de la diócesis o Iglesia particular (en aquella
época Lomas de Zamora) y nos vamos acercando al 50º aniversario. Tampoco
podemos dejar pasar de largo este acontecimiento. Consagramos nuestra Comunidad
a la Protección de María y la tomamos como ejemplo.
Como vemos, el programa litúrgico nos recuerda -a
partir del ejemplo de Cristo- que somos “la familia de Dios” en un lugar y
espacio preciso. Y que ese lugar y espacio es el ambiente donde todos estamos
llamados a evangelizar. Un “evangelizar” que, en este Año de la Misericordia ,
consiste fundamentalmente en hacer presente la Misericordia de Dios
con estas acciones corporales y espirituales, además de las propuestas que
surgen de la Comunidad
(mes por mes).
Dios, en su infinita Misericordia, sigue apostando y
proponiendo ya que las tinieblas no pueden vencer a la Luz (Jn. 1,5). Y en esto
nos implica a todos. Que Dios nos bendiga pues dice cosas buenas de sus hijos
que toman en serio la vida que nos regaló su Hijo.
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