jueves, 7 de mayo de 2015

LA PASCUA TIENE QUE ECHAR RAÍCES


Queridas familias:

Estamos celebrando aún el Tiempo Pascual. Los 50 días de este tiempo es el regalo y la oportunidad que nos brinda el Buen Dios para que el don de la Fe Pascual eche raíces en nuestra interioridad. El cristiano vive de esa fe que no consiste en creer “lo que me parece o pretendo” sino que es simplemente aceptar el don que el Padre ha querido realizar por medio de Jesús en la Pascua: regalarnos su misericordia, su perdón y darnos la posibilidad de comenzar de nuevo como hombres y mujeres nuevos para construir una nueva humanidad. Esta empresa parece imposible pero, como  ya rezábamos el Sábado Santo, “Dios hace posible lo imposible”. En esto creyeron los primeros discípulos, a esto se abocaron los cristianos de la primera hora… y, a lo largo de la historia de la Iglesia, ¡cuántos creyeron y trabajaron para ello! Recordemos como un gran ejemplo a San Francisco….
¡Echar raíces! Es siempre una gracia de Dios y para ello es necesario centrar un poco más la atención sobre la fe, es necesario abrir el corazón, tener disponibilidad y, como nos estuvo enseñando el Papa Francisco durante la Cuaresma, es también abrirnos al conocimiento y al estudio de la Palabra de Dios y a la comprensión y vivencia del “Misterio de la Eucaristía” (Misa).
Pero Jesús es tan bueno y de tal modo se preocupa de que no nos sintamos solos para vivir estas cuestiones que hace el regalo de su Santo Espíritu. El Espíritu Santo es la presencia silenciosa pero activa de Jesús que nos sostiene en nuestras promesas bautismales, que nos abre la mente para comprender las Escrituras, que permite reconocer en el don del Pan y del Vino la presencia del resucitado que alimenta la vida de la fe. ¡Qué Gracia nos regala!
Por todo esto, este tiempo pascual tiene como broche de oro la efusión del Espíritu Santo en el día de Pentecostés.
No dejemos escapar esta oportunidad, vivamos del don Pascual para ser coherentes como cristianos y comprendamos que sólo “siendo un solo cuerpo como comunidad” podremos enfrentarnos con las dificultades que la vida nos pone por delante.

Con la bendición de Dios.

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