Papa Francisco
1. El pulgar es el más cercano a ti.
Así que empieza orando por quienes están más cerca de ti. Son las
personas más fáciles de recordar. Orar por nuestros seres queridos es "una
dulce obligación”.
2. El siguiente dedo es el índice. Ora
por quienes enseñan, instruyen y sanan. Esto incluye a los maestros,
profesores, médicos y sacerdotes. Ellos necesitan apoyo y sabiduría para indicar
la dirección correcta a los demás. Tenlos siempre presentes en tus oraciones.
3. Le sigue el dedo más alto. Nos
recuerda a nuestros líderes. Ora por el presidente, los congresistas, los
empresarios, y los gerentes. Estas personas
dirigen los destinos de nuestra patria y guían a la opinión pública. Necesitan
la guía de Dios.
4. El cuarto dedo es nuestro dedo
anular. Aunque a muchos les sorprenda, es nuestro dedo más débil, como te lo
puede decir cualquier profesor de piano. Debe recordarnos orar por los más
débiles, con muchos problemas o postrados por las enfermedades. Necesitan tus
oraciones de día y de noche. Nunca será demasiado lo que ores por ellos.
También debe invitarnos a orar por los matrimonios.
5. Y por último está nuestro dedo
meñique, el más pequeño de todos los dedos, que es como debemos vernos ante
Dios y los demás. Como dice la
Biblia "los últimos serán los primeros". Tu meñique
debe recordarte orar por ti. Cuando ya hayas orado por los otros cuatro grupos verás
tus propias necesidades en la perspectiva correcta, y podrás orar mejor por las
tuyas.
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