jueves, 2 de febrero de 2012

“¡ABRAMOS LAS PUERTAS DE NUESTRO CORAZÓN A CRISTO!”


Queridas familias:
         Este mes, en el camino que como Comunidad estamos haciendo, nos encontramos con dos acontecimientos importantes. La Celebración de los 43 años de la creación de nuestra Parroquia el día 11 de febrero y el comienzo del tiempo de preparación a la Pascua, la Cuaresma, el 22 de este mes.
         El año pasado, en este Boletín, recorrimos la historia de nuestra Parroquia que de hecho había ya comenzado con la presencia de los Sacerdotes Salesianos por más de 30 años (hasta el año 1968). La constante o columna vertebral de toda esta larga historia fue la de ser e ir construyéndose come Comunidad cristiana y no solamente como estructura de servicios religiosos. Todo esto en medio de dificultades y cambios muy profundos en la sociedad. Así como hoy en que nos debatimos como sociedad en un cambio de época y por lo tanto con un vaivén cultural que confunde, pues los puntos de referencia como la familia, la autoridad, la moral cristiana, etc. ya no lo son. Sin querer ser dramáticos: ¡estamos en una época de anarquía de valores!

PREPARANDO EL AÑO DE LA FE EL BAUTISMO (2) .


El Bautismo comienza con un  diálogo entre el celebrante, los padres y padrinos. ¿Qué piden a la Iglesia?: el Bautismo, responden. Y el celebrante dirigiéndose a los padres: ¿saben que contraen el compromiso de educarlos en la fe para que vivan los que nos enseñó Jesús: amar a Dios y al prójimo?
Y a los padrinos: ¿se comprometen en ayudar a los padres a vivir este compromiso?  Si responden sí se puede continuar con el rito…
¿Qué expresa este diálogo?
Por un lado que los padres sepan de qué se trata el bautismo para poder responder como corresponde.
Y por otro la responsabilidad que implica aceptar este don gratuito de Dios: la responsabilidad de “educar cristianamente con la palabra y con el ejemplo”

LA IGLESIA DEL FUTURO: ¿UN SUEÑO?


En la Biblia se describen distintos tipos de profecías. Y, a veces, el camino de la palabra pasa por los sueños. ¿Cómo será la Iglesia del futuro?, ¿cómo la podemos soñar? Si aún hay un lugar para un sueño, aquí va uno.
Soñar que la Iglesia del futuro será aquella que el Concilio Vaticano II insinuó: una comunidad de comunidades. La Iglesia será, ante todo, la Iglesia local. Cuando pensemos en la Iglesia, la imagen que asomará ya no será la de la pirámide sino la de la reunión. La Koinonía-Comunión será su nombre propio.
Para esa altura, habrán desaparecido ya los ordinariatos castrenses, resabio de las cruzadas, y también las prelaturas personales.